Carmen Marín

 

Mi infancia transcurrió en Alcalá de Henares, por eso la calle Alcalá siempre ha sido para mí el camino que me llevaba a un mundo de ruido, gente y cosas nuevas y excitantes, y que luego me devolvía a casa, a una plaza de arena y grasa donde jugaba y a un callejón desconchado que me guiaba al colegio. Con estas fotos quiero mostrar esta calle sin im- portarme su historia, sin importarme su arte, quiero mostrar esta calle con la mirada de un niño, con su imaginación y la falta de influencia que le diga si algo es bonito o es feo o lo que merece la pena mirar.

Susana Gómez-Bascuñana

La calle de Alcalá… La calle de Alcalá para mí es una parte inexcusable de mi vida. Es ir a trabajar con mi padre una fría mañana de febrero, la vuelta cansada a casa, el quedar para ir de compras, el ir a buscar al novio, hacer negocios, pagar impuestos, coger el 2, el 20, el 15…, comer con los amigos en una terraza o ir a hacer los trabajos a casa de Sandra. ¡Es hasta el día de mi boda! La calle de Alcalá es un todo en este loco ir venir de nuestra ciudad… ¡Madrid! y mientras ella, orgullosa con sus regios edificios y distintos ornamentos mira tranquila el devenir de sus viandantes segura de que, pase lo que pase, siempre estará ahí para acogernos.

María Antonia García de la Vega – Símbolos de Madrid

«Símbolos de la calle Alcalá» forma parte de una serie abierta de fotografías sobre Ma- drid, titulada «Miradas de Madrid», con algunos de sus edificios, monumentos y escultu- ras emblemáticos.

Estos edificios han sido proyectados con un propósito, no solo funcional y estético, obe- decen a una idea rectora: la de albergar en ellos la vida intelectual, cultural y económica de la ciudad, por eso esconden un significado que es interesante descubrir.

Muchas de las esculturas que pueblan estas construcciones son dioses, héroes, ánge- les…, algunos forman parte de la mitología grecorromana, no se han elegido al azar sino por lo que representan y complementan a la edificación.

Estos seres nos vigilan desde las alturas y a pie de calle nos acompañan, nos observan y son testigos mudos de los acontecimientos de la ciudad, podríamos saber lo que ocurre y por qué están ahí, si les atendemos.

David Carretero – Parejas de Alcala

«El juego es partir a la aventura, como un velero, soltar velas… De a poco vas encon- trando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones las tomas”.

Sergio Larrain

Siempre me ha fascinado observar a la gente en la calle, y últimamente más a las pare- jas de cualquier tipo. Unes a dos personas anodinas en el encuadre, las paras en seco a 1/125 seg. y descubres un mundo de historias que poder imaginar…

Pepe Calvo – Caminos en la periferia

 

En la vida seguimos los caminos, las sendas. A veces aparecen sorpresas que nos des- conciertan o nos ilusionan, mientras la ruta permanece imperturbable. Caminos por la periferia de la calle Alcalá, que surgen sin figurar en los mapas. Vías secundarias, que aparecen sin planificarse, sin que se vislumbre su meta, pero que pueden resultar per- turbadoras si nos animamos a recorrerlas.

Carmen Guillo

Ignacio Baux – Deporte en la calle de Alcalá

 

Leí en algún lado que para describir el movimiento debías determinar la posición en el espacio en función del tiempo. Me pregunto cómo se hace eso en una foto si esta perma- nece inalterable en el tiempo.

El deporte en la calle no es exclusivo de la de Alcalá, pero sí es una constante cuando se pasea por ella. Es una moda curiosa a la vez que sana y muy representativa de nuestra sociedad. Es la búsqueda de una actividad que necesitamos y que vemos limitada por la forma de vida tan sedentaria que llevamos. Reivindicamos el movimiento para el que está hecho nuestro cuerpo mediante esta moderna forma de rebelión. Puede incluso que a través de este tipo de deporte busquemos nuestro yang, quién sabe, lo que sí es cierto es que es una forma de sentirnos más libres.

En cualquier caso, esta serie no pretende ser tanto una crítica social como el intento de reflejar la obsesión de un deportista callejero más, que va todas las semanas a correr a uno de los parques de la calle Alcalá y se queda pensando…, ¿qué hacemos todos estos aquí dando vueltas?

Carlos Boldo – El río de las luces

CALLE ALCALÁ FOTOGRAFIADA

 

«Lo misterioso del mundo no es lo invisible, sino lo visible».

Óscar Wilde

El río de las luces

La calle de Alcalá, como todas las demás, puede fotografiarse de muchas formas: gente, arquitectura, sucesos… Mi elección fue mostrar algo habitual, pero que pocas veces aparece en la fotografía: el inicio del día, el despertar, el río de luces del tráfico mañanero en la niebla y el frío de la mañana temprana. En esta selección he elegido un formato panorámico, más por reflejar el ambiente y su densa atmósfera que por los elementos arquitectónicos, sobradamente conocidos. Hay pocas o ninguna figura humana, sólo las luces del tráfico, la niebla y el bello principio de un día. Un panorama que los madruga- dores conocemos bien y que nunca deja de interesarnos. Espero que los visitantes lo disfruten, tanto si madrugan como si no.